Política sí, política no

democracia no esRosa María Artal – Comité de Apoyo de ATTAC.

¿Que no hay otra solución? ¿Que todos cuantos llevamos años denunciando -en atenuada difusión- los abusos del neoliberalismo éramos “demagogos”? El programa con el que ha ganado Hollande en Francia supone un retorno a la cordura. Destaquemos su apuesta por lo público, con la creación de 60.000 plazas de profesores por ejemplo, la construcción de 2,5 millones de viviendas de protección oficial para estudiantes y rentas bajas durante los próximos cinco años o un banco público de inversión. El control financiero que al separar la banca comercial de la inversión prácticamente vuelve al espíritu de la Glass-Steagall Act de Roosevelt anulada por el ascenso neoliberal desde la Caía del Muro de Berlín y ha sido origen fundamental del desmadre financiero. Conviene recordar en la desinformación que nos invade que la crisis que vivimos se produjo por esta causa y que tuvo su detonante en la caída de Lehman Brothers en 2008. Hollande se propone también subir los impuestos a las rentas altas cuyo porcentaje llegará al 75% para quienes ganan más de un millón de euros. Ignacio Escolar en su capítulo de Actúa nos recuerda que “En Estados Unidos llegó a estar en el 90% durante los años cincuenta y bajo al 70% durante los sesenta y setenta. No fue hasta la llegada de Ronald Reagan, en los años ochenta, cuando los impuestos a los más ricos comenzaron a bajar”. El resto de las promesas de Hollande aquí.

¿Es un programa revolucionario? No, es simplemente pensar en la sociedad y no sólo en sus privilegiados. ¿Le dejará llevarlo a cabo la tenaza neoliberal? Probablemente con enorme dificultad, solo que Francia es un país poderoso, su voz tiene fuerza. Bastante preocupados, los conservadores que –por elección popular no lo olvidemos- mandan en la UE se aprestan a hacer concesiones y ver si maquillan con medidas de crecimiento la bocanada de aire fresco que hace temblar sus sillones. Ya os conté sin embargo que su proyecto es por el momento muy tibio y muy poco claro.

¿Es posible que los ciudadanos de a pie rechacen las medidas que propone Hollande y abracen las contrarias de Sarkozy o el PP en España que están alterando a la baja sus condiciones de vida? Lo es. Se ha perdido –cierto que inducida- la capacidad de reflexión.

Con todo los comicios de este domingo nos deja reflexiones de mayor calado. Los franceses pueden elegir a su jefe de Estado y demuestran de qué forma está afianzada su democracia. Y es la primera cuña seria que evidencia el fracaso de la política neoliberal. El fracaso para los ciudadanos, no para las élites que protegen y que no han ganado tanto dinero en su vida. Pero los resultados de Grecia nos llevan a otro escenario: el rechazo de la política. Se hunden los partidos clásicos, conservadores y socialistas, y los bienpensantes se alarman. ¿No era lógico? Nueva Democracia que engañó en las cifras para entrar en la UE con ayuda de Goldman Sachs y en total impunidad. El PASOK que se plegó a la “Bruselas” y una Merkel neoliberales a ultranza. El voto del hartazgo griego deja un parlamento casi imposible. Si al menos sirviera para que la política escuchara… Allí y aquí.

Las voces agoreras y severas del PP diciendo que no hay otra salida que las mermas (“reformas” en su vocabulario) neoliberales, suenan hoy a otro tiempo, a un tiempo de caspa y telaraña que pierde el tren. ¿Qué celebra el PSOE en el triunfo de Hollande? ¿Se presentó con ese programa? Cierto que varias medidas del nuevo presidente francés las puso en marcha en Zapatero, que contó con una oposición del PP realmente destructiva, y que España no tiene la misma fuerza que Francia, pero se plegó a los mercados.

Protestan los rusos por la mascarada electoral de Putin que no se va del poder ni con agua caliente. La sociedad española informada y sin miedo prepara el 12M-15M, y se apuntan en numerosos países. Sería una ceguera preocupante –ésta sí- y gravemente peligrosa, no escuchar el clamor mundial por este desatino: que los ciudadanos paguen en su carne las erráticas prácticas –que rozan lo fraudulento- del poder financiero que sustentan los partidos neoliberales y que –hay que repetirlo hasta la saciedad- fueron los causantes de la crisis. Ah, la deuda, que les debemos dinero, veremos si Hollande aplica su programa si se lo seguimos “debiendo”. Política sí, la que no ha olvidado obrar para el conjunto de la sociedad que la sustenta.




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