¿Cómo se crea el dinero y quién se encarga de ello?

euro-tierraEduardo Garzón  – Consejo Científico de ATTAC.

Todavía hay muchísimas personas que no saben cómo se crea el dinero ni quiénes son los encargados de hacerlo. Resulta curioso comprobar que la creación de algo que es tan cercano a nosotros y tan importante para nuestras sociedades sea un tema ampliamente desconocido. Pero que sea curioso no quiere decir que sea casual.

Si esta información resulta tan desconocida es porque jamás ha sido difundida por los grandes medios de comunicación y porque jamás ha sido ofrecida en los centros de enseñanza. No hay interés en ello, a pesar de que a nadie se le escapa que debería ser un tema básico. Vamos a ver por qué hay interesados en ocultar esta información.

El dinero que existe hoy día en nuestras sociedades puede dividirse en dos tipos: por un lado está el dinero en efectivo (el dinero físico compuesto por billetes y monedas), y el dinero bancario (las anotaciones digitales como las que vemos en nuestra cuenta del banco donde los números suben y bajan). Normalmente se piensa que detrás de cada número digital hay una cantidad de monedas o de billetes que lo respaldan; que si vemos una cifra de “100” es porque representa 100 euros en monedas o en billetes. Pero no es así ni mucho menos. De todo el dinero que hay en circulación en nuestro planeta sólo un 1% corresponde a monedas y billetes. El resto –el 99%– corresponde a simples anotaciones bancarias (cifras digitales) que no tienen ningún respaldo en dinero físico.

El dinero en efectivo (monedas y billetes) sólo puede ser creado por la institución oficial encargada de ello. En el caso de la Eurozona esta labor corresponde al Banco Central Europeo, que tiene la potestad de imprimir billetes y crear monedas. Nadie más puede hacerlo, salvo que se trate de dinero falsificado. Esto sí es algo conocido por la inmensa mayoría de la población. El problema radica en que buena parte de estas personas creen que sólo existe el dinero en efectivo.

El dinero bancario, en cambio, puede ser creado por la misma institución que fabrica los billetes y las monedas, pero también –y sobre todo– por los bancos privados (también las cajas de ahorro en el caso español). Así lo permite la legislación, aunque dentro de unos límites.

Pero, ¿cómo crean los bancos privados dinero bancario? Veamos un ejemplo. Supongamos que Sofía decide meter en su banco 100 euros en monedas y billetes. Esa cantidad de dinero es dinero en efectivo, que tuvo su origen en las máquinas de imprimir billetes y crear monedas del Banco Central Europeo. Una vez el banco privado se hace con los 100 euros de Sofía, lo que hace es guardar una moneda de 1 euro de Sofía en la caja fuerte. El resto de dinero (99 euros) lo puede usar para sus actividades, ya sea prestar dinero a algún otro individuo u empresa, o invertir en activos financieros (como acciones, deuda pública, productos derivados, etc.). Así lo permite la ley, que como mucho obliga al banco a almacenar en sus cajas fuertes el 1% de todo el dinero que depositen sus clientes (en este caso el 1% de 100 es 1). Con el resto del dinero puede hacer lo que quiera con tal de hacer negocio. Como el banco hace lo mismo con todos los depósitos de sus clientes, al final en su caja fuerte acaba almacenando bastante dinero en efectivo (el 1% de dinero que deposite un cliente + el 1% del dinero que deposite otro cliente + el 1% del dinero de otro… y así sucesivamente). De esta forma, en el caso de que Sofía quiera retirar sus 100 euros, el banco irá recolectando el 1% del dinero de muchos de sus clientes. Puesto que no todos los clientes irán a retirar su dinero a la vez, el banco siempre tendrá suficiente dinero en efectivo para devolver el dinero a aquel que lo desee. Ahora bien, si todos los clientes o muchos de ellos quisieran retirar su dinero, no podrían hacerlo porque en realidad el banco sólo guarda en su caja fuerte el 1% de todo lo que depositaron. El banco tendría que declararse en quiebra, y los ahorradores perderían su dinero a no ser que el Estado se los garantizase de alguna forma.

Pues bien, supongamos que el banco de nuestro ejemplo guarda 1 euro de Sofía en su caja fuerte y los 99 euros restantes los presta a otra persona: Juan. Éste es el momento en el que el banco crea dinero nuevo. Ahora Juan cuenta con 99 euros, pero Sofía sigue contando con sus 100 euros, porque aunque los tenga en su cuenta del banco puede seguir utilizándolos mediante su tarjeta de crédito. Y Juan también puede hacer compras por valor de 99 euros. Antes de producirse el préstamo sólo había dinero por valor de 100 euros (era todo dinero en efectivo), pero ahora hay 199 euros en circulación (de los cuales los 99 euros nuevos son de tipo bancario –no son monedas y billetes, sino simples anotaciones digitales).

El proceso sigue, porque Juan ha pedido al banco 99 euros para algo. Imaginemos que se compra libros por esa cantidad. Ahora el dueño de la librería correspondiente será quien tenga los 99 euros. Cuando vaya a guardarlos en su banco (que puede ser el mismo que el de Juan y Sofía, u otro diferente), el banco guardará en su caja fuerte sólo el 1% de esos 99 euros (para simplificar el ejemplo suponemos que es otra vez 1 euro), y el resto los usará para otra cosa. Si guarda 1 euro y presta los 98 restantes a otra persona, entonces de nuevo se habrá creado dinero bancario. Si recapitulamos, en este momento habrá en circulación 297 euros (100 euros de Sofía, 99 euros del librero, y 98 euros del nuevo personaje).

Y este proceso continuará mientras haya personas, empresas o administraciones públicas que sigan depositando sus ahorros en el banco, y mientras haya otras personas, empresas o administraciones públicas que pidan dinero prestado a esos bancos. De esta forma, con tal sólo el respaldo de 100 euros en efectivo se podrían crear hasta 4950 euros de dinero bancario, aproximadamente.

Así es como se crea la inmensa cantidad de dinero que utilizamos en nuestras economías desarrolladas. Como se puede comprobar, el poder de crear dinero reside en manos de los bancos privados, y ello porque así lo decidieron hace tiempo las autoridades monetarias. Hoy día, la función de los bancos centrales es la de limitar y controlar el dinero que crean los bancos privados (este control monetario lo explicaré en el próximo artículo). La mayor parte del dinero no la crea una institución oficial y pública que se preocupe de que la cantidad total de dinero en circulación sea la óptima para nuestras necesidades económicas y sociales, sino que la crea una serie de empresas privadas que compiten entre sí y cuyo único objetivo es obtener la mayor rentabilidad posible sin importarle lo más mínimo que la cantidad de dinero creado sea absolutamente desestabilizadora del orden financiero y económico (en forma de burbujas de crédito, de activos financieros, de inmuebles, etc.1).

Es importante no perder de vista el inmenso poder que supone controlar la creación de dinero. Por un lado, tener la capacidad de crear dinero otorga un colosal poderío microeconómico, en tanto en cuanto los bancos privados tienen amplio margen para dar dinero a quienes deseen (ya sea a sus propios propietarios, o a empresas allegadas, o a amigos, o a partidos políticos que luego en el poder devolverán el favor legislando, etc.). Por otro lado, tener el poder de crear y controlar el dinero que se utilizará en la economía supone una responsabilidad extraordinaria para con los ciudadanos. Que haya más o menos dinero en circulación de la cuenta, que éste esté asimétricamente distribuido, o que se concentre extraordinariamente en determinados sectores (como los de la construcción, por ejemplo) puede repercutir muy negativamente sobre el bienestar de la población.

Por todo ello, si existe tanto interés en que la mayoría de la población desconozca quién puede crear y controlar el dinero es porque estos interesados no quieren que la gente sea consciente de los enormes privilegios que obtiene la banca al detentar este poder y de la inmensa responsabilidad que tiene en la formación de burbujas financieras.

Notas:
1. Teniendo en cuenta esto resulta más fácil entender por qué los principales responsables de la burbuja inmobiliaria y de crédito en España (y en otros países) han sido los bancos privados y los bancos centrales (Banco Central Europeo y Banco de España), ya que son los verdaderos encargados de crear y controlar la cantidad de dinero (y de deuda) en circulación.




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