Rajoy en el país de las maravillas

RajoyFrancisco Altemir – ATTAC Madrid.

Indudablemente no vivo en el mismo país que el Presidente de la Nación. Como creo que tengo los pies asentados en el suelo. Como creo que todavía no me he muerto y que veo, oigo (aunque un poco mal), pienso, luego existo, creo que el Sr Rajoy vive un sueño que le aparta del resto de los mortales que todavía estamos cuerdos y vemos la realidad como es, no como algunos quieren contarla o enseñarla. Puede que la mayoría de los ciudadanos (no la del PP, por supuesto) estemos locos cuando vemos que:

  • Hay millones de personas que no tienen trabajo.
  • Hay millones de personas que pasan hambre.
  • Hay millones de jóvenes sin esperanza y forzados a emigrar.
  • Existen políticos que por mucho que enseñen sus declaraciones de renta de toda su vida no nos explicarán la forma con la que han hecho esas fortunas: residencias en las zonas más caras de Madrid, segundas residencias en la zona más cara de Guadalmina. Los políticos están mal pagados en España en comparación con los países de nuestro entorno y, sin embargo, hacen fortunas por arte de birlibirloque. Tendrían que aprender de la hombría de bien, honradez y altura no solo física sino moral del General De Gaulle que murió pobre y no permitía a su lado personas con el menor atisbo de corrupción.
  • Para el presidente español no existe corrupción, cuando es un mal endémico, no existe el señor Bárcenas, no existe la señora Mato, no existen tantos personajes siniestros que se aprovechan de la RES PUBLICA para medrar. Alguno ha perdido el carnet de conducir por hacerlo temerariamente, ocasiona un accidente en Cuba con dos muertes, vuelve a España, le indultan y consigue un puesto bien remunerado en el Ayuntamiento de Madrid. ¿En qué país vivimos, me pregunto en el que supuestos o presuntos delincuentes tienen amordazado al presidente? ¿es que le tienen amenazado con una navaja al cuello para que calle? ¿hay algún español con un mínimo de dignidad que pueda aguantar esto?
  • Como todavía tengo un poco de esperanza me atrevo a suponer que existen métodos de educación que instalan un “FIREWALL” en el cerebro que impiden ver la realidad, que impiden pensar. Solamente habría que DESINSTALARLO para que las cosas fuesen normales.
  • Tengo esperanza en que los supuestos delincuentes sean rápidamente procesados y, en su caso, encarcelados. En que a los políticos, en su quehacer, no se les aplique la presunción de inocencia. Tienen que ganarse la confianza de los electores todos y cada uno de los días y al menor atisbo de corrupción ¡a la calle!
  • Tengo esperanza en que se cambie la Ley Electoral y los “representantes del pueblo” respondan ante los electores y no ante sus mandamases en el escalafón de los partidos. Situación que les convierte en auténticas marionetas sin voz ni dignidad, que no saben, no contestan si no les han dado previamente el “argumentario correspondiente”. ¡Qué personas tan desaprovechadas! Siempre pendientes de obedecer las consignas de los superiores. ¡Qué falta de democracia interna de los partidos, en los que se mueven no salen en la foto! Hace falta una nueva Ley Electoral en la que los elegidos respondan ante los ciudadanos y en la que el valor de los votos sea igual con independencia del sitio en el que se deposite.
  • Tengo todavía esperanza en que los políticos cesantes vuelvan a sus quehaceres anteriores a su entrada en política y no entren a formar parte de las grandes corporaciones que les cogen, no por sus conocimientos, sino porque son abrepuertas (antiguamente conserjes) distinguidos. ¡Qué falta de dignidad!
  • Señor Presidente del Gobierno de España recobre la dignidad, no sea fiel a los deberes que le impone la Sra Merkel sino a las obligaciones que tiene contraídas con los ciudadanos españoles. Le aconsejo que busque un lingüista que le enseñe la diferencia entre deber y obligación que ¡falta le hace!
  • Señor Presidente del Gobierno de España sea audaz (fortuna audaces juvat) y no se deje chantajear por nadie. Aleje de su entorno a los puedan poner en entredicho la honorabilidad del gobierno. No es una nueva Leyenda Negra, no es una conspiración, es la Realidad que exige, en los países democráticos, que no exista el menor atisbo de duda en sus dirigentes políticos. Es patético escuchar a la Sra. Mato decir que goza de la confianza de usted. Esa señora no ha entendido todavía lo que es la democracia. Es en las dictaduras en las que se exige la sumisión y fidelidad al jefe. En las democracias se jura la lealtad a la Constitución y a las leyes. Si quiere requiera la asistencia de un lingüista que le explique la diferencia entre fidelidad y lealtad. No son la misma cosa.

Señor Presidente del Gobierno de España vuelva usted del País de las Maravillas, póngase las gafas de ver la REALIDAD ESPAÑOLA, sea valiente y acometa las reformas que le pide la ciudadanía aunque eso le suponga trabajar de verdad y no representar un paripé en el Congreso con su “partenaire” el jefe de la oposición. Devuelva la soberanía de verdad al pueblo porque la democracia que tenemos es una caricatura impropia del Siglo XXI. Aleje de sí a las “malas compañías”, “dime con quién andas y te diré quién eres”.

Por último señor Rajoy, no es estético que un Presidente de Gobierno conserve “en propiedad” una plaza de registrador. Por favor dé usted ejemplo y renuncie a ese privilegio en estos tiempos de llanto y consternación.




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