Francisco Morote Costa – ATTAC Canarias.

Sí, han leído bien, países en vías de subdesarrollo. Hasta ahora sabíamos de países subdesarrollados, en vías de desarrollo, desarrollados…

Ahora por obra y gracia de la Canciller Merkel, de la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional) y de los gobiernos neoliberales que siguen fielmente sus dictados, asistimos al nacimiento de una nueva categoría de países, los países que siguiendo un camino inverso transitan desde el desarrollo al subdesarrollo.

Como ya habrán adivinado hablamos, naturalmente, de Grecia, Portugal y España, pero otros países podrían sumarse a la lista.

Se trata de países a los que a la recesión económica se suman políticas de austeridad, contrarreformas laborales –verdaderos regalos para los empresarios, ¿o empresaurios?-, recortes, etcétera, que privan de derechos sociales y laborales que parecían definitivamente conquistados a la inmensa mayoría de la sociedad. No es sólo por el desempleo masivo sino también por la pérdida del empleo decente, por el deterioro de las prestaciones a los desempleados, por la degradación-privatización interesada de los servicios públicos –sanidad y educación-, por el aumento alarmante de la pobreza e, incluso, de la subalimentación y la desnutrición de una parte creciente de la población, signos todos que apuntan a un camino de vuelta a lo que conocíamos como subdesarrollo social.

Todo lo que parecía imposible, como en una pesadilla, se está volviendo posible. Habíamos creído que el desarrollo no tenía vuelta atrás pero, sin duda, vivíamos un espejismo.

¿Qué ha pasado, qué esta pasando?

Por increíble que parezca la respuesta es sencilla. Los grandes poderes financieros y empresariales que de verdad gobiernan la Unión Europea han decidido retrotraernos a épocas del pasado o igualarnos, en condiciones de trabajo y de vida, a los países en vías de desarrollo o subdesarrollados. De ahí que continuamente estén clamando por la rebaja permanente de los salarios para aumentar la competitividad laboral europea poniéndola a la altura de la de los llamados países emergentes. Y de paso están eliminando o reduciendo a la mínima expresión un Estado del bienestar –sanidad, educación, pensiones públicas-, cuya privatización producirá elevados beneficios privados aunque el coste social medido en exclusión y marginación pueda resultar escandaloso.

¿Qué hacer frente a esta ofensiva brutal del capitalismo neoliberal más salvaje?

Rebelarse. Los pueblos, los ciudadanos y los trabajadores que la padecen lo han comprendido y se han puesto en marcha. Huelgas generales, manifestaciones, protestas ciudadanas. Sin embargo, hasta ahora, había faltado una acción común concertada que respondiera adecuadamente al expolio que sufren. El paso adelante se va a dar el 14 de noviembre de 2012. Ese día en Portugal, en España y posiblemente en otro/s país/es de la UE una primera huelga general popular en dos o más países de la Unión Europea a la vez , enviará un mensaje claro a las élites financieras y empresariales, a la Troika y a los partidos y gobiernos que practican políticas neoliberales: no nos convertirán en países en vías de subdesarrollo, empobrecidos artificialmente. No lo vamos a consentir.

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