Más de un millón de personas en las calles. Acordemos

Carlos Martinez
Politólogo ex presidente de Attac España
De las mesas de convergencia.

El día 19 de Junio al Movimiento 15 de Mayo, logramos convocar más de un millón de personas ,- bastante más tal vez,- a la calle, en todo el estado español.

Todas las ciudades se comportaron de acuerdo con su tamaño y sistema de movilidad, magníficamente. No solo capitales de provincia, sino muchas ciudades y pueblos del territorio, se lanzaron, no solo a mostrar su indignación, sino ha hacer propuestas, exigir el freno al Pacto del Euro-plus y profundos cambios, no solo de la estructura pro-oligárquica de la democracia española, sino también del injusto sistema que padecemos y las políticas neoliberales aplicadas para “superar” la crisis financiera, social, ecológica y de valores que padecemos. Prácticas neoliberales consistentes básicamente en cargar la factura de la crisis sobre las clases populares en lugar de hacerlo sobre los que la han provocado, los bancos básicamente y los gobiernos y la Unión Europea, que han desregulado y permitido la especulación más soez y criminal.

No parece que por ahora nadie haga caso a las reivindicaciones sociales del Movimiento 15M y de las plataformas de Democracia Real Ya!! Y otras, de las que hablaremos.

El Gobierno, incluso portavoces del PP, hablan de ciertas medidas legales; el PP con su proverbial desvergüenza afirma representar a los indignados, seguramente Camps y Rita, Esperanza Aguirre o su TV de cabecera Intereconomía lo demuestran diariamente, con sus “piropos” al movimiento. El PSOE igualmente parece dispuesto a tomar ciertas medidas legislativas para cambiar algo la ley electoral y en cualquier caso sondear y deslumbrar a “representantes” del colectivo de indignación. Pero ¿Qué hay de revocar la reforma laboral o el pensionazo? ¿Qué compromiso existe con respecto a votar en la UE contra el Pacto del Euro e impedirlo? ¿Qué medidas se proponen para auditar la deuda y dejar de cargarla toda ella, incluida la de los bancos y la oligarquía del ladrillo, sobre el pueblo? Para cuando dejamos la supresión de los Paraísos Fiscales por ejemplo, por que eso solo es cuestión de voluntad política, pues desde ellos se ejerce una pura y simple delincuencia fiscal.

Es fácil jugar con los meandros de los conceptos juridco- políticos. Se pueden crear comisiones de estudio mixtas que hagan propuestas. Se puede incluso hablar de listas electorales abiertas pero ¿Qué hay de que en el Reino de España voten más los kilómetros cuadrados que las personas? ¿Que hacemos con el voto antidemocrático y dictatorial de los “mercados” que son quienes imponen las políticas reales ya? Mientras se gobierne tanto desde el poder mínimo de un Gobierno, como desde la oposición de derechas sea españolista o nacionalista, pensando solo en el mercado, no hay avances en nuestras luchas. Hay que ser conscientes, que no solo de pan vive el hombre, pero ya está bien de consentir el latrocinio generalizado de robar a los pobres para dárselo a los ricos. De pagar nosotras las deudas y quebrantos de los bancos.

Por tanto, urge un programa. Un programa mínimo, pero un guión fijo y consensuado del que el Movimiento de los movimientos, no se separe o bien clarifique al menos nuestra composición. No se trata solo de perfilar nuestras opciones de cambio político, sino de aclarar las propuestas socio-económicas, por cierto, tan políticas como las anteriores, por qué el neoliberalismo no es otra cosa más que una ideología política.

Es por ello que el Movimiento debe ser muy plural y conjugar los interese y anhelos de las y los jóvenes parados y precarios, las paradas, no olvidemos la lucha contra el paro y por el empleo, los autónomos y pequeñas empresas familiares, pero también de la clase obrera tradicional, de las clases trabajadoras y en última instancia, saber, ser conscientes de que las nuevas precarias y las y los nuevos empleados de los servicios, son los nuevos proletarios, muchas y muchos de ellos en régimen de semi-esclavitud. Ahí es donde entra el para algunos y algunas espinoso tema de las organizaciones de trabajadoras/es y obreras, sin las que es imposible, generalizar ninguna lucha y logar el éxito en cualquier convocatoria de huelga general frente a políticas antisociales o defensa de la democracia, incluida por supuesto la económica.

No podemos coincidir en la fobia sindical con la gran patronal. No podemos borrar del legado democrático de este Estado a personas como Marcelino Camacho, sería tan injusto como no democrático. Los Sindicatos de clase, no solo CCOO, sino la CNT, la UGT, la STV lucharon mucho y bien contra la dictadura, no lo olvidemos y no caigamos en las trampas sibilinas de los medios al servicio del neoliberalismo. Claro que no estamos de acuerdo con las cesiones a las que los sindicatos mayoritarios han llegado. Les exigimos que se acabe con el pensionazo y acaben con las negociaciones estériles que solo conducen a perdidas de derechos laborales y al empobrecimiento generalizado de las clases trabajadoras. Les exigimos autocrítica, deben pensar por que los “mayoritarios” son tan odiados incluso, por tantos jóvenes indignados, indignadas y precarias.

En última instancia, las organizaciones de clase, deben estar con los intereses que dicen representar y en estos momentos, tiene dos opciones o se suicidan con el socioliberalismo y siguen practicando socioliberalismo sindical o están con los y las precarias, con las victimas de la crisis.

Al neoliberalismo le sobra hoy ya, la democracia. Por eso un programa de defensa de la democracia y de la soberanía popular resulta revolucionario.

La virtualidad que ha tenido DRY al convocar el 15M con un esplendido manejo de la red y sus posibilidades ha sido exitoso, pues en contra de todo ha logrado despertar a conciencias adormecidas y cuestionar el tinglado demócrata formal establecido, un estado de derecho de cartón piedra al servicio de los poderes económicos fundamentalmente. Pero hay que tener solidez, principios de hierro y fuertes convicciones políticas para no ceder ante cantos de sirena, espacios o tertulias y minutos de gloria. La hidra cultural del sistema es muy poderosa y ni culpo a nadie, ni mucho menos acuso, solo advierto, si me permitís el atrevimiento.

Hace falta una fuerte alianza y confluencia social. Nada ha ocurrido por casualidad, pero como afirma un amigo, primero hemos tenido la acción y ahora tenemos que elaborar el programa. Pero eso será algo conjunto.

Lo cierto es que hay ideas y propuestas, Attac ha jugado en eso un importantísimo papel. El Foro Social Mundial ha sido clave en su denuncia y su lucha contra el neoliberalismo a escala planetaria. Varias revoluciones han triunfado ya en America Latina y el Norte de África, además de la de Islandia.

En varios países europeos, como Francia, Gran Bretaña o Grecia y Rumania, tienen clara la necesidad de la confluencia de personas, organizaciones y luchas. En el Estado Español y por mi honor no barro para casa, las Mesas ciudadanas de convergencia, han unido a diversas personas, activistas, sindicalistas, feministas, intelectuales y gentes muy politizadas en un llamamiento muy plural, pero también con una denuncia muy fuerte del sistema y de la dictadura de los mercados, que además al igual que a los socios y socias de Attac, les permite estar codo con codo el Movimiento y en el Movimiento, sin pedir nada, solo luchando, aportando y punto. También gentes autónomas o del ámbito y las diversas escuelas libertarias y marxistas lo están haciendo, junto con jóvenes que rechazan la política partidaria, pero que sin embargo hemos sido capaces de lograr un espacio común.

No quiero se me entienda lo contrario de lo que quiero decir, pero frente a los intereses ciegos de los banqueros, los especuladores, los ricos y poderosos, los que asesinan el planeta y la madre tierra, el patriarcado, todos y todas nos necesitamos, pero ojo, necesitamos también una visión cosmopolita de lo que está pasando y una confluencia de luchas europea e internacional. Lo siento, pero no podemos perder la perspectiva global, pues se nos explota y oprime también con una visión e intereses globales y desde la globalización neoliberal. El FMI, los clubs de poder e influencia como Bildelberg, la Trilateral o la OMC son instituciones globales que deciden por nosotras sin ningún control democrático efectivo. Son estas instituciones las que realmente mandan.

Tampoco el G8 o el G20 poseen esa legitimidad y ese consenso, así pues no los obviemos  de nuestro marco de lucha, pues sus decisiones nos afectan y mucho.

Converjamos pues y acumulemos fuerzas, pero sobre todo continuemos nuestras discusiones y debates y hagamos también converger, en mi opinión la experiencia acumulada ya de luchas, resistencias e incluso derrotas y victorias de organizaciones obreras, asociaciones altermundistas, estructuras participativas europeas y mundiales y veamos que si bien nadie es imprescindible, todas y todos nos necesitamos.




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