Fernando Moreno Bernal – Presidente de ATTAC Andalucía

Apoyo la huelga general convocada por los sindicatos el día 29 de Septiembre en defensa de la democracia y el bienestar de las personas, dentro de la convocatoria que para el mismo día convoca la Confederación Europa de Sindicatos (CES) contra los planes de ajustes en toda la zona euro.

Expreso mi firme oposición a los “planes de ajuste” de los Gobiernos europeos, incluido el de España, que sumisos a la doctrina neoliberal que defienden la Unión Europea y el Fondo Monetario internacional imponen al conjunto de la ciudadanía. Estos planes no restablecerán el equilibrio financiero de los Estados y hundirán a la zona euro en una depresión.

Estos planes de ajustes van a limitar la demanda final a través de la reducción del gasto público, del menor crecimiento y la recesión provocada con la consiguiente bajada en espiral de los ingresos públicos, por el incremento del paro, la precariedad de los empleos y por la incitación al ahorro domestico preventivo.

La justificación de la mejora de la competitividad en las exportaciones de la zona euro, y la futura salida de la crisis apoyada en ella, está siendo cuestionada por la guerra en el mercado internacional de divisas por bajar su valoración relativa. En todo caso aunque se consiguiera mantener la caída de valor del euro para favorecer las exportaciones no se llegará a compensar los efectos negativos de la recesión y caída de la demanda interna dada su baja tasa de apertura comercial del 16%.

Estos planes de ajustes abocan a la zona euro a una nueva crisis de la deuda cuando se haga evidente que los Estados no serán capaces de mantener sus compromisos de reducción de los déficit. Esta nueva crisis será más grave por la degradación de la situación financiera. Y dado que los bancos europeos privados son los poseedores de la mayor parte de los títulos emitidos por los Estados la crisis se transformará en crisis bancaria privada, convirtiéndose en una nueva amenaza a la estabilidad financiera de los Estados que se han constituidos en garantes de sus deudas.

La ciudadanía europea debe comprender el necesario cambio de nuestro tiempo, no dejarse engañar por los que siempre posponen las mejoras para el futuro, que nunca llega, y comenzar a desarrollar la nueva política económica por y para la vida en cooperación con el resto del mundo; la resignación y la claudicación a la dictadura e imposiciones de los “mercados” no ayudará a enfrentarse con los efectos de la actual crisis pero si la zona euro emprende este necesario cambio le hará recuperar el impulso europeo y el apoyo del resto del mundo. ATTAC como parte del movimiento de ciudadanía europea está denunciando abiertamente que la miseria consecuente con estas políticas está provocando el alejamiento y frustración de los que confiaban en el sueño europeo, de dentro y fuera de la UE, y que la posibilidad de mejora y bienestar que se anunciaba con los objetivos marcados en la Agenda de Lisboa del año 2000 será imposible de conseguir por el camino actual.

La deuda pública es un instrumento político. Su creación y su gestión dependen de decisiones políticas. Se genera bajando los ingresos impositivos y no tanto por el incremento de los gastos. A través de la deuda pública se reduce la contribución de las clases sociales altas a la financiación de los gastos generales de la sociedad, permitiéndoles hacerse aún más ricos como ha pasado en España en 2009. La deuda pública además alimenta al capital financiero internacional con los títulos más seguros del mercado absorbiendo este y quitándoselo a la actividad productiva de la economía real que satisface necesidades de la sociedad.

A través del endeudamiento público el capital financiero impone su dictadura a los Gobiernos convirtiendo en caricatura los regímenes democráticos. La ralentización de las tasas de crecimiento y del ritmo de reproducción ampliada del capital tras la crisis estructural del sistema capitalista en los años setenta, las políticas neoliberales desde los ochenta, los planes de salvamento de la banca privada tras la crisis del capitalismo financiero en 2008, los planes de apoyo a transnacionales del automóvil, eléctricas, etc. y la fuerte reducción de los ingresos fiscales, no sólo derivados de la reducción de la actividad económica sino también por la nefasta e injusta política fiscal durante los años de alto crecimiento del PIB, son las causas directas de los déficit y del endeudamiento público. Para financiar estos déficit los Estados recurren a los “inversores institucionales”, los mismos bancos privados especuladores a los que han salvado endeudándose, quienes prestan nuestro dinero a tasas de interés crecientes.

Los acreedores, los bancos privados y Hedges Funds domiciliados en paraísos fiscales, han dramatizado artificialmente la posible situación de impago de determinados países de la zona euro para aumentar aún más las tasas de interés de los prestamos nuevos con los que reembolsarles los prestamos anteriores. Para ello han utilizado sus agencias de evaluación de riesgos, han especulado a la baja con los títulos de deuda anteriores, y han especulado al alza con los SWAP (seguros sobre créditos insolventes de estos Estados) Su interés está en perpetuar y agudizar el endeudamiento. Y para garantizarles que puedan seguir reembolsándoles los préstamos les “imponen” que pongan “orden en sus finanzas”.

Lo que está en juego no es solo una cuestión salarial, ni un recorte más o menos grande a los gastos de Estado. Lo que peligra es la democracia y la libertad. La ciudadanía y los mercados financieros especulativos libramos una pugna que definirá quién mandará en el sistema económico, social y político que emergerá tras la crisis. Los Planes de Ajuste responden a una estrategia bien calculada de debilitar la acción pública y todo aquello que refuerza la capacidad de respuesta y defensa de los trabajadores y de la ciudadanía en general.

Nos esperan tiempos de más pobreza, más recortes sociales y más desafección de los ciudadanos a la democracia, del que sólo podrá salirse si se aúna un esfuerzo de organización y movilización social no sólo en España, sino en la zona euro primero y mundial después, una capacidad de elaborar propuestas y demandas colectivas, y una elaboración intelectual capaz de ofrecer respuestas a la amenaza de la dictadura incontestable de las estructuras económicas, sociales y políticas que sostienen al neoliberalismo. Apoyo la convocatoria de huelga de los sindicatos porque hay que desarmar a los mercados financieros especulativos para defender la democracia y el bienestar de las personas.

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