Fernando Moreno Bernal – Presidente de ATTAC Andalucía.

El resultado de las elecciones andaluzas del 25 de marzo de 2012 han sido una sorpresa para más de uno.

Mientras se hacía público el encuentro mantenido por el Rey Juan Carlos con representantes de grandes Corporaciones empresariales con sede en España, que no significa que “sean españolas” ya que la inmensa mayoría de su accionariado pertenece a grandes Fondos de Inversión Internacionales (Hedges Founds) que no tienen más patria que maximizar sus propios beneficios, y visualizábamos la foto del encuentro del Rey escoltado a la derecha por Emilio Botín (B. Santander) y a su izquierda por Francisco González (BBVA) transmitiendo la sensación del secuestro que estos dos grandes especuladores financieros hacen con el Estado español, el pueblo andaluz se encaminaba a votar en sus elecciones autonómicas.

El resultado del voto una vez escrutado lanza un rotundo ¡¡NO!! a las políticas neoliberales impuestas por estos secuestradores de la soberanía popular y marcan el escenario político andaluz desde el que tendremos que enfrentarnos a estas políticas que nos bombardearan desde Madrid, Bruselas y los poderes económicos y financieros, los verdaderos dictadores absolutistas en este inicio del S XXI.

Lanza un mensaje, así mismo, a los partidos políticos en liza. Al conjunto de ellos que el 37,77%, más de uno cada tres andaluces, no ha ido a votar. Al PP le ha hecho perder 400.000 votos desde las elecciones generales del pasado 20N, en tan sólo cuatro meses. Al PSOE, que ha perdido el 30,06% del voto con respecto a las elecciones autonómicas andaluzas de 2008 (654.831 votos) le dice con claridad que se equivocó al aceptar el camino de las reformas financieras, de pensiones y laborales impuestas desde la extorsión por esta burguesía financiera internacional y nacional, y que la salida está en Otra Economía más cercana a las necesidades del 99,9% de la población y del territorio. Y a IU que ha visto incrementar su voto en un 37,75% (119.883 votos) que no termina de convencer, ya que tan sólo ha capitalizado el 18,31% del voto que ha dejado de ir al PSOE, y que su orquilla de voto difícilmente supera los cuatrocientos mil votos desde que en 1994 se equivocó con la política de la pinza con el PP, que aún queda en la memoria del pueblo andaluz como una pesadilla que no se desea repetir. El incremento en número de parlamentarios viene más por beneficiarse en la distribución de los restos en la Ley D´Hont que por un verdadero incremento en número de votantes.

La ciudadanía andaluza queremos que nos lidere una coalición de la izquierda política para defender nuestros derechos sociales a una sanidad y educación pública, y que permita la recuperación del empleo y la actividad productiva que satisfaga nuestras necesidades vitales, al margen de un quimérico aumento o disminución del PIB por completo ajeno a estas necesidades sociales. Y sabemos que esta necesidad de pactos entre PSOE e IU les planteará tensiones internas a ambos partidos.

El PSOE se verá obligado a ser coherente con las políticas antineoliberales, generando contradicciones con la ejecutiva federal del partido cuando se vea que la reforma financiera iniciada por Pedro Solbes (el hombre de Emilio Botín y la gran banca privada en el Gobierno de Zapatero) y continuada por Elena Salgado y de Guindo es la otra cara de la misma moneda de la reforma laboral y de pensiones impuesta en el Pacto por el Euro. Cuando veamos que para solucionar las necesidades de nuestra economía productiva requerimos de una banca pública o, al menos, de un sistema financiero al servicio del interés general y el Bien Común; reivindicación que la actual ejecutiva dirigida por Alfredo Pérez Rubalcaba impidió que figurase en las resoluciones del último Congreso del PSOE.

IU, por su parte, se verá obligado a gobernar aliado al PSOE, que genera en gran parte de su base una cierta oposición. Alianza que no puede ser sólo para repartirse cargos en la Junta de Andalucía, sino para realizar una verdadera política en defensa de la ciudadanía para evitar que en las próximas elecciones vuelva a ser irrelevante.

Estas tensiones internas se resuelven con un gobierno fuertemente enraizado en la sociedad civil. Si sus políticas surgen de y profundizan en la propia sociedad civil, haciéndola cómplice y solidaria con ellas. Si se encaminan hacia las soluciones de futuro que surgen de esta crisis sistémica y civilizatoria del sistema capitalista agonizante que vivimos y que están viendo luz desde la propia sociedad civil activa y en lucha por su supervivencia.

En Andalucía hemos puesto en marcha un bloque social que representa al 99,9% de la sociedad andaluza, Compromiso Social de Progreso, que recoge a la totalidad de las organizaciones sociales de ámbito andaluz, excepto a las representantes de terratenientes y asociación de pymes vinculadas con las grandes entidades financieras privadas y gran patronal. Representamos a toda la sociedad civil como ciudadanía trabajadora (sindicatos de clase mayoritarios), como economía productiva (CEPES), como vecinos (CAVA), como ONG de género, cooperación ayuda a discapacidad, como libertad de prensa (Asociación de la Prensa) etc.

Este bloque social de progreso liderado desde los sindicatos de clase y la economía social es la base sobre la que se puede cimentar una profunda y duradera política antineoliberal consecuente en Andalucía, haciéndolo participe en una verdadera política de evaluación participativa de las políticas públicas de la Junta de Andalucía. Sobre él se pondrá en marcha una verdadera Economía del Bien Común que beneficie a la mayoría de la ciudadanía andaluza.

Si PSOE e IU se apoyan en este Bloque Social de Progreso ampliarán la calidad de la democracia marcando el camino a seguir al resto de España, Europa y el mundo; se vinculará con las necesidades reales de la población y se fortalecerán ante las estructuras internas de su propio partido y federación estatal.

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