Abuso de poder

poderÀngels Martínez Castells – Consejo Científico de ATTAC.

Lo sufren en especial las mujeres, la infancia, las personas más desvalidas, dependientes… son las más acosadas, maltratadas y desposeídas. Son también las más pobres. Su malvivir pone más de manifiesto la cobardía y la banalidad del mal de los dirigentes que dicen gobernar. El despropósito es tan enorme y peligroso que la prensa internacional alerta, entre la denuncia y el horror. Lean por ejemplo en The Times lo que opina este periódico de referencia sobre el anteproyecto de contrarreforma de la ley del aborto. Pero no se trata sólo de un sinsentido ideológico y misógino que debería tratar mucho antes Gallardón en un diván de psiquiatra que no en un Consejo de Ministros. Ante los ojos de todo el mundo, la lista de proyectos de ley o decretos, aprobados o en curso, y los extemporáneos y falaces “argumentos” que los acompañan, nos está convirtiendo en una sociedad de súbditos en el margen, hundidos en tierras empantanadas. Pretenden que nos adaptemos al lodo, la falacia, el malestar y la mentira, dejando dignidad y razón en ello.

Raro es el día que no se atente contra algún derecho, hasta convertir la condición de ciudadanía en ya casi una burla: en decretos cocinados en bancos, obispados y consejos de administración nos privan de los servicios públicos fundamentales para vivir en calidad democrática, y bajo los efectos del shock, nos intoxican día a día con mentiras demostrables (de las que nadie responde: al contrario, en esa perversión tan nuestra de la democracia hemos aportado al mundo la figura #marcaEspaña del “desinputado”). Mientras, se degrada todo lo público y se transmuta lo laico en secta, volviendo a sojuzgar con ideología medieval sobre la vida de las mujeres.

Se explota, extorsiona, expropia y corrompe con la misma intensidad con la que pretenden culpabilizarnos por los efectos de sus rapiñas. Y también en eso hacen gala de su cobarde abuso de poder. Nos dicen que el sector público es “insostenible”, pero saben que lo realmente insostenible es cualquier sociedad con una enseñanza y sanidad públicas en deterioro, sin acceso universal, con una precariedad laboral creciente y unas tasas de paro inhumanas a las que condenan sus “reformas”, con capote rociero incorporado. Mientras avanza la superstición se deteriora oficialmente la investigación y la ciencia, y retornamos a los tiempos de cerrado y sacristía en los que era tan mal vista la funesta manía de pensar. Y cuanto más se deterioran los condicionantes económicos y sociales de nuestra vida, los servicios públicos que debería apuntalar la argamasa social y la convivencia se están convirtiendo en el botín que se reparten, no precisamente a partes iguales, los fondos buitre babelianos que caracterizan esta crisis-estafa, y los subasteros locales y demás compañeros de pupitre.

Con abuso de poder, el triunfo de este mísero capitalismo significa una precariedad rayana en el abismo para las personas con menos recursos porque también la justicia se convierte en un valor de cambio, sólo al alcance de quien pueda pagar un precio. Los principios de maximización (también de la avaricia) devoran al propio sistema, convertido cada vez más en una caricatura senil de sí mismo porque expulsa y margina a las personas más jóvenes que necesitan un mínimo de recursos y libertad. En una versión más lúcida, podría aprovechar para revitalizarse la capacidad intelectual y los esfuerzos de quienes tienen toda la vida por delante, pero en esta triste España de gaviotas y alzacuellos se les niega cualquier posibilidad de inclusión, desarrollo y futuro. Y esta no es una contradicción más.

Toca ahora, hoy mismo, comprometerse a NO repetir este año que comienza las humillaciones degradantes del pasado: sacar tiempo en la imposible concertación de trabajos y vida para la insumisión, la acción y la propuesta, y reclamar nuestro pleno derecho a la dignidad, al pan y a las rosas… Cuando el abuso de poder se convierte en una soga en el cuello de las mujeres, es urgente ponerse en pie. Y seguir en pie. Cuando el desconcierto -entre otras causas- impide reaccionar a organizaciones tradicionales (e igualmente imprescindibles) por la conquista y defensa de derechos de la mayoría, las mujeres tenemos un papel determinante y vital en la vanguardia plural, radical, insurgente, por otro mundo posible… y sin abusos.




ATTAC, asociación sin ánimo de lucro, denuncia que el pasado 5 de noviembre fue publicada en el BOE la Ley 21/2014, de 4 de noviembre, por la que se modifica el texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, y la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, en virtud de la cual la reproducción total o parcial, así como la descarga del material de esta página es susceptible de ser gravado por un canon a cobrar por CEDRO, en contra de nuestra voluntad, y por tanto solicitamos su inmediata derogación.


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