A vueltas con las elecciones europeas o qué hacer para lograr una Europa social frente a la neoliberal

Carlos Martínez – Presidente de ATTAC España

El resultado de las elecciones al Parlamento Europeo confirma el triunfo de la abstención. Una abstención creciente, con una dosis de indiferencia ciertamente, pero también de rechazo consciente a unas instituciones europeas muy alejadas de las y los ciudadanos y escasamente democráticas, por parte de millones de europeas y europeos. Se ha dicho muchas veces, que si la Unión Europea, fuera un Estado, no podría definirse como democrático y mucho menos como social.

No diré que con tamaña abstención se pueda hablar de ilegitimidad, no es cierto, al menos formalmente, pero sí de alejamiento e incluso rechazo, en el que confluyen múltiples factores; que los y las políticas profesionales deben analizar, sin complacencias y sin las recetas y/o excusas tan banales como ridículas como las que están escuchándose o leyéndose en estos días. Pareciera que las profesionales de la cosa pública piensan que somos tontas y tontos o que no existe una ciudadanía critica, informada, formada y activa, sea más o menos progresista o más o menos de izquierdas, pero más numerosa de lo que piensan.

Lo cierto es que la derecha neoliberal ha triunfado. Liberales, conservadores, nacionalistas de centro derecha o de extrema derecha y democristianos, forman un magma neoliberal y son la expresión política de los poderosos, aunque votantes de las clases populares hayan contribuido a auparles.

La socialdemocracia, ha sido la gran derrotada. Las y los socialdemócratas han contribuido gustosamente a construir el tinglado neoliberal europeo todos estos años. Sólo con autocrítica y cambio de rumbo, podrán levantar cabeza, es decir abandonando sus prácticas socioliberales y volviendo a la defensa del Estado Social Europeo.

Los socialdemócratas han sido mayoritarios en otras épocas y la Europa actual, fruto de lustros de Tratados, la UE es el espacio más liberal y desregulado del mundo. Esa realidad es incuestionable, pero tienen otra papeleta; la del apoyo al Tratado de Lisboa, que de imponerse profundizará aun más la Europa de los mercaderes y laminará poco a poco las conquistas sociales conseguidas por las luchas sindicales y las de los partidos de izquierda, incluidos los propios socialdemócratas.

Esta reflexión deben hacerla y acabar de una vez con la demagogia neoliberal que también ha perneado a la socialdemocracia, según la cual no hay más verdad que el mercado no controlado, ni sistema más racional que el capitalismo, con la guinda de que es el “más democrático”.

La socialdemocracia debe ahora más que nunca aclararse acerca de con quienes está. Sus indefiniciones y su conversión al liberalismo la ha pagado muy cara en Alemania y Francia, si bien en Italia se lleva la matricula de honor.

Los Sindicatos de la CES igualmente deben profundizar en línea con su última declaración de París. Es muy correcta, pero para defenderla deberán movilizarse y preparase para una fuerte acción sindical y un rearme ideológico del movimiento obrero-trabajador europeo, contando con las nuevas capas asalariadas, es decir, las y los precarios, los y las jóvenes titulados universitarios proletarizados y las llamadas clases medias, empobrecidas a las que los burocratizados y esclerotizados sindicatos no atraen. Sin los sindicatos la reconstrucción de la izquierda social será imposible, pero con su actual actitud, es muy difícil.

Las izquierdas alternativas o más radicalizadas, tienen que entablar un dialogo real con las poblaciones europeas.

Un dialogo entre iguales con los movimientos sociales y no tratar de utilizarlos en su provecho, en todo caso servirse de sus elaboraciones y capacidad. Ser parte junto a ellos de una alianza social amplia y necesaria para construir otra Europa.

Tambien buscar acuerdos con los socialistas si esto es posible y al menos en ciertos temas lo será. El problema no es que partido o grupo de la izquierda o el movimiento alternativo y ecologista avanza más, sino como se defienden los intereses de las clases populares y trabajadoras y como se frena al neoliberalismo en pos del NUEVO PARADIGMA ECONÓMICO que desde el Foro Social Mundial se propugna.

La red europea de ATTAC, está hace años elaborando propuestas asumibles, realizables y sencillas de explicar a las gentes, a la ciudadanía. Llevamos ya diez años denunciando el Casino Financiero, que nos ha conducido a esta situación y podemos constituir uno de los ejes vertebradores de esa gran alianza social imprescindible. Estos días además, nos reunimos en Helsinki, al efecto de seguir profundizando en nuestra propuesta europea y mejorando nuestra red europea y su coordinación.

Las y los socialdemócratas derrotados, ya no pueden mirar por encima del hombro a ATTAC, pues tenemos la razón y desgraciadamente para millones de paradas y parados, precarias y precarios, empobrecidos y pobres se han cumplido todas nuestras advertencias y análisis. Nosotros y no sus “expertos” y asesores liberales, teníamos razón. Para salir con garantías de esta crisis sistémica habrá que suprimir de una vez los paraísos fiscales, volver a políticas fiscales redistributivas y progresivas, aumentar el sector público y defender los servicios públicos incluidos los financieros. Democratizar la economía. Avanzar en medidas socializadoras. Implantar la Tasa Tobin.

Los alternativos, ecosocialistas y neocomunistas, entiendo, deben contribuir a construir la nueva acción transformadora lejos de dogmatismos o análisis ya periclitados. No tratar de cooptar a los movimientos y trabajar más con las bases sociales y la ciudadanía real. Sería también de agradecer que reconocieran la autoría de las propuestas y no las utilizaran de forma indiscriminada.

ATTAC desde su autonomía y su no participación electoral ni partidaria, puede ser parte del cemento de la alianza social por un nuevo paradigma económico, también en Europa. Nuestra razón de ser es la de formar, informar, educar y propugnar la acción ciudadana. Es también profundamente política y ese sentido para lograr otra Europa también es imprescindible la activa y real participación cívica, mediante la democracia participativa a todos los niveles.

Propuestas

Pero llevar esto a la práctica exige también ganar los espacios sociales y públicos. Profundizar en la batalla cultural y del pensamiento que está desarrollándose y hacer del discurso acción. La pedagogía de la izquierda debe ser recuperada y la educación popular es imprescindible. Hay que recuperar el sentido ético y consecuente, los valores de la frugalidad y el ejemplo.

Hay que cambiar las mentes o si no volveremos a ver a mafiosos ganado elecciones porque son los dueños de televisiones privadas, periódicos e inmensamente ricos y como la vida se ha mercantilizado a niveles absolutos, da más confianza a gente sin ninguna ideología, el millonario corrupto, que el o la flor de aparato político, de clase media y además sin propuestas alternativas, al que enciman consideran un “pringao” o alguien que llegue buscando fortuna.

La cultura del cambio y de la defensa del medio ambiente. La lucha contra el deterioro del planeta y el crecimiento, no ya sostenible, sino posible y sin macizar aún más el territorio, así como igualitario, serán señas de identidad.

La solidaridad internacional, que es un hecho de justicia y no de cooperación para mejorar la balanza comercial del mundo rico, pues también las políticas de cooperación están profundamente mercantilizadas.

La lucha contra la privatización no solo económica, sino social y política supone un elemento clave en esta recuperación de pensamiento, cultura y actitud cívica.

La reconquista de la soberanía popular y del concepto de ciudadano y ciudadana, son imprescindibles contando con que la ciudadanía europea no existe.

Sólo pedimos para empezar, coherencia, valor para enfrentarnos a las y los poderosos y valores como la igualdad, la justicia, pero sobre todo la voluntad de repartir la riqueza, el beneficio, la renta. No pensar solo en el crecimiento económico, sino en el vital. La vida digna y justa.

Alguien puede pensar que solo son buenas intenciones. Sí, pero sin buenas intenciones, es decir sin ideas, nunca comenzaremos a caminar. En estos momentos la reconstrucción del espacio radicalmente democrático, transformador y social es imprescindible.

Estado Español

En España, con una derecha envalentonada y matona, solo una acción decidida desde la izquierda puede pararla. Si se sucumbe a las tentaciones de la Gran Coalición seguiremos el camino alemán o acabáremos en el italiano. El problema aquí es doble, pues en primer lugar hay que impulsar medidas de fortalecimiento público del sistema financiero para apoyar a las familias, trabajadores autónomos, pequeños empresarios y sobre todo a la economía social, que es la que más empleo crea. Las Cajas de Ahorro, ni se deben privatizar, ni “profesionalizar”, ni permitir que sigan imitando al “Santander”, en cualquier caso deben actuar como entidades de crédito públicas y de servicio público.

Pero también toda la izquierda y el movimiento social, ecológico y sindical, deben movilizarse y crear un autentico contrapoder cívico, frente a las pretensiones de la gran banca, la gran patronal y sus expresiones políticas el PP, CiU, PNV,UPyD y la poderosa ala derecha del PSOE, de forma que el Gobierno entienda que la salida a la crisis solo puede ser social. Un auténtico pacto de rentas, pues el Gobierno debe reconocer que en España hay profundas cuotas de desigualdad.

El Gobierno, tiene una gran responsabilidad y debe ver las causas de la abstención que parece a perjudicado a su partido. Sus políticas de seguidísimo de la ultraliberal legislación económica, educativa y sobre la “liberalización” de servicios, que genera la Unión Europea así como su apoyo a Durao Barroso, son al menos difíciles de entender, siendo educados. Igualmente el creciente aumento del empleo precario, los EREs, los contratos basura y el incremento de parados y paradas sin derechos, le han restado apoyos o han incrementado la abstención, sin que la izquierda más transformadora o radical los haya conseguido para sí. Pero de igual forma la actitud del sector financiero, les ha restado mucha credibilidad. Sé de sobra que hay más razones, y esto pretende ser solo un artículo llamando a ponernos en movimiento.

Por lo que frente a todo esto es imprescindible que el pueblo de izquierdas se movilice y exista una presión que estimule políticas no neoliberales. La ciudadanía activa debe iniciar un amplio despliegue de organización y de conjunción de la izquierda social junto a Sindicatos y Movimientos, pero también político y con agrupaciones de izquierdas, de toda la amplia izquierda plural y hacer ver al Gobierno de España y a la Unión Europea, que deseamos el fin real de las políticas neoliberales, el apoyo a la economía real, el fin del casino financiero y un nuevo modelo de crecimiento, más basado en la dignidad y en el bienestar, que en un consumismo depredador, que además es imposible ya mantener. Pero sobre todo recuperar lo público. El noble concepto de lo común, lo compartido, el reparto, la reapropiación y el empoderamiento ciudadano de la política.




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